crujen como el paso de palio de una procesión de silencio. Mientras la incondicional de los procesos de cetosis despliega los muslos y contempla su rosario de rozaduras, a la nadadora se le han deslizado las llaves de la taquilla entre pierna y pierna. El vapor de la sauna recrea lágrimas como las de las dolorosas en la incondicional de los procesos de cetosis. Las rodillas de la nadadora se tocan, pero sus muslos no se acarician.
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