hay hombres que son las rosas y, sin embargo, se tatúan rosas, porque les sobra el madrigal. Otros hombres confían en la dicción de sus tatuadores con los ideogramas y se inscriben en las escápulas "fortaleza, libertad, arroz tres delicias". Cuando se cuelgan de las anillas, cuando levantan gravosas mancuernas -nadie asocia nada a tipo alguno de tortura medieval- los nombres de sus amantes, de sus esposas, de sus hijos muertos, los nombres de otros hombres vibran y se izan hacia el techo.
La poesía visita los gimnasios en la Córdoba postcultural...
ResponderEliminar¡Qué sutil tatuaje planteas :)!
ResponderEliminar¡Manuel, qué sorpresón encontrarte por acá!
ResponderEliminarLos nombres de las mascotas... Un amigo se tatúa el nombre de cada perro nuevo que tiene... Su cuerpo es una jauría.
ResponderEliminar¡Qué curioso! Me imagino su cuerpo: Bobby, Mordisquitos...
ResponderEliminar